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a persons legs sticking out of a pile of snow

Revisado médicamente Este artículo ha sido revisado por uno de los médicos de Sidekick.

¡Ay! Una guía sobre cómo describir el dolor a tu médico

¿Qué tienen en común un dolor de muelas y golpearte el dedo pequeño del pie? ¡Ambos son causas de dolor! Sí, uno puede ser más doloroso que el otro, pero ambos nos causan molestias.

Lo complicado del dolor es que, para cada persona, puede sentirse diferente. Para algunos, golpearse un dedo del pie puede hacerles saltar por la habitación gritando de dolor, mientras que para otros es suficiente hacer un gesto y decir una grosería para volver a la normalidad.

Por eso, si experimentas algún tipo de dolor, debes describírselo a tu médico con la mayor claridad y detalle posible. Desde la intensidad, hasta la zona del dolor, pasando por todos los detalles intermedios, estos datos ayudan a los médicos a descubrir problemas subyacentes y a tratar el dolor.

Aquí hablamos de algunos tipos de dolor, de cómo describir tu dolor al médico y de por qué es importante hacerlo.

¿Cuáles son algunos tipos diferentes de dolor?

Antes de empezar a hablar sobre el dolor con tu médico, aquí tienes un resumen de algunos de los tipos de dolor que pueden experimentar los cuerpos.

Dolor agudo

El dolor agudo se produce de repente y por una causa específica. Por lo general, dura menos de seis meses y finalmente desaparece una vez que se trata la causa raíz o cuando la lesión se ha curado. Las causas frecuentes de dolor agudo incluyen:

  • Huesos rotos
  • Cirugía
  • Trabajo dental
  • Trabajo de parto y dar a luz
  • Cortes
  • Quemaduras

Dolor crónico

Se estima que afecta a 50 millones de adultos en los EE. UU. El dolor crónico se define como aquel que dura más de seis meses, incluso después de que la lesión original haya sanado. Algunos ejemplos de dolor crónico incluyen:

  • Dolores de cabeza frecuentes
  • Dolor por daño nervioso
  • Dolor en la parte inferior de la espalda
  • Dolor artrítico
  • Dolor de cuello
  • Dolor muscular por todo el cuerpo (como fibromialgia)
  • Cierto dolor articular (pero no todo dolor articular es crónico)

Debido a su efecto drenante en la calidad de vida de las personas, el dolor crónico a veces puede provocar que desarrollen síntomas de ansiedad y depresión, así como músculos tensos, falta de energía y movilidad limitada, etc.

Dolor nociceptivo

El dolor nociceptivo describe el dolor que se siente en respuesta a ciertos estímulos, como el daño tisular o en previsión de peligros como el frío extremo. Puede ser agudo, doloroso o punzante, y puede deberse, por ejemplo, a un golpe en el dedo del pie, una lesión deportiva o una intervención dental.

Los hematomas, quemaduras, fracturas y dolor causados por daños articulares, como artritis o esguinces, son lesiones que pueden causar dolor nociceptivo.

Dolor neuropático

El dolor neuropático está causado por daños o disfunción del sistema nervioso, y puede parecer que surge de la nada, en lugar de proceder de una lesión específica. El dolor neuropático puede sentirse como:

  • Quemadura
  • Congelación
  • Adormecimiento
  • Cosquilleo
  • Disparo
  • Puñalada
  • Descargas eléctricas

Hay muchas causas de dolor neuropático, por ejemplo:

  • Diabetes
  • Consumo crónico de alcohol
  • Accidentes
  • Infecciones
  • Radiación
  • Fármacos de quimioterapia
  • Inflamación o compresión del nervio espinal
  • Trastornos del sistema nervioso central, como esclerosis múltiple o enfermedad de Parkinson

Por supuesto, hay muchas otras causas para este tipo de dolor. Si experimentas un dolor nuevo o continuo, te recomendamos que visites a tu profesional sanitario o que te pongas en contacto con tu especialista en tratamiento del dolor.

¿Cómo puedes describir tu dolor a tu médico?

Cada persona experimenta el dolor de forma diferente, por lo que puede ser difícil explicarle al médico cómo sientes tu dolor, qué tipo de dolor es o incluso de dónde proviene exactamente. Pero si puedes describir el dolor con la mayor claridad posible, esto le será útil a tu médico para ayudarte.

Estas son algunas formas de hablar sobre el dolor, así como algunos consejos sobre cómo registrarlo.

Escalas de valoración numérica (EVN)

Al igual que usamos una escala de 0 a 10 para clasificar películas, lugares, alimentos, libros o lo difícil que es algo, también es muy útil para comunicar al médico cuánto dolor estamos experimentando. En una escala de valoración numérica (EVN), los números de la escala representan la cantidad de dolor que siente una persona, siendo 0 ninguno, 1/2/3 dolor leve, 4/5/6 dolor moderadamente intenso, 7/8/9/10 dolor intenso, y 10 el peor dolor que puedas imaginar.

Las escalas de dolor se utilizan habitualmente en la atención sanitaria y son muy útiles para que los médicos comprendan la intensidad del dolor de una persona.

Palabras descriptivas

A veces, si una persona siente dolor, es difícil describirlo verbalmente. Por lo tanto, si puedes familiarizarte con algunas palabras comunes para definir el dolor, tu médico puede tener una idea más clara de qué es y cuán grave es el problema subyacente.

  • Quemazón: dolor que se siente caliente.
  • Agudo: dolor que se siente repentino e intenso.
  • Constante: dolor que no es intenso pero dura mucho tiempo. 
  • Intenso: sensación de dolor insoportable.
  • Sordo: similar al dolor constante. Dolor que no es intenso, pero sigue causando molestias. 
  • Calambres: sensación repentina de dolor agudo o dolor similar a las contracciones.
  • Molesto: no es grave, pero es difícil de eliminar, como un dolor de cabeza leve pero molesto. 
  • Disparo: dolores intensos repentinos que se mueven por el cuerpo.
  • Punzada: sensación repentina de dolor intenso que puede sentirse muy local en una zona.
  • Persistente: un dolor sordo pero constante.
  • Contraído: dolor repentino que también puede contraerse. 
  • Presión: dolor que se siente pesado o tenso en una zona determinada. 
  • Pesado: sensación de peso incómodo en una parte del cuerpo, quizás también sea difícil moverse.
  • Blando: dolor que se siente sensible al tacto o al movimiento. 
  • Sensible: similar a dolor blando. Una parte del cuerpo puede ser dolorosa al moverla o tocarla.
  • Hormigueo: dolor que casi se siente como un hormigueo.
  • Escozor: un dolor ardiente repentino en los ojos o en la piel.
  • Agonizante: muy, muy doloroso. 
  • Paralizante: causa tanto dolor que, quizás sea difícil moverse o realizar actividades diarias. 
  • Picazón: cualquier sensación incómoda en la piel que te haga querer rascarte. 
  • Espasmos: sientes que una parte de tu cuerpo se está comprimiendo con fuerza.
  • En carne viva: cuando la piel se siente muy dolorida y sensible.

Cuanto más detalle puedas darle a tu médico, más rápido y mejor podrá diagnosticar tu dolor y ofrecerte asesoramiento. Esto nos lleva a…

Llevar un diario del dolor

Mantenerse proactivo puede ser difícil si estás sufriendo, pero llevar un diario del dolor es una excelente forma de registrar tus síntomas, niveles de dolor y sentimientos generales. Si crees que no puedes hacerlo, pídele a un familiar, amigo u otro cuidador que te ayude.

Algunas preguntas útiles para responder en tu diario podrían ser:

  • ¿Cuándo comenzó el dolor?
  • ¿Cuánto tiempo duró el dolor?
  • ¿Cómo se siente el dolor? (Utiliza las palabras descriptivas anteriores para ayudarte).
  • ¿Es tolerable el dolor?
  • ¿Qué intensidad tiene el dolor? (Aquí es donde entra en juego la conocida escala del dolor de 0 a 10).
  • ¿Dónde sientes el dolor? Si no puedes saber de dónde proviene específicamente el dolor, anota la zona general del cuerpo.
  • ¿Qué desencadena el dolor?
  • ¿El dolor empeora por la mañana/día/noche/cuando intentas dormir?
  • ¿Hay algo que haga que el dolor se sienta mejor/peor? ¿El qué?
  • ¿Estás tomando algún medicamento para ayudarte? ¿Qué medicamento y con qué frecuencia?
  • ¿El dolor te impide realizar tus actividades diarias normales?

Esta valiosa información puede ayudar a tu médico a hacer un diagnóstico más preciso, así que asegúrate de llevar tu diario del dolor a tus citas.

Junto con tu diario, cualquier otro detalle que se te ocurra cuando hables con tu médico, independientemente de lo pequeño que creas que es, podría acercarlo a comprender la causa raíz y elaborar un plan de tratamiento para aliviar los síntomas.

¿Por qué es tan importante describir el dolor a tu médico?

Aunque tu médico conoce tu historial médico, solo tú conoces mejor tu cuerpo. Si algo no parece correcto o “normal”, es importante averiguar si hay un problema.

Es natural sentirse nervioso o dudar al hablar de algo que te está causando angustia, especialmente dolor. Es posible que te preocupe que algo pueda estar mal e intentes reducir sus síntomas; esto no será útil para ti ni para tu médico.

Para que cualquier profesional sanitario entienda completamente lo que tú y tu cuerpo estáis experimentando, ningún detalle es demasiado pequeño o “irrelevante”. Algo que menciones de manera casual podría ser útil para ayudarle a descubrir lo que te está causando problemas. Todo cuenta.

Aquí es donde es fundamental cuidar de tu propia salud; expresa tus inquietudes a tu médico, incluidos los detalles de cualquier dolor o síntoma, y no dudes en hacer preguntas si no entiendes algo que tu médico diga. Trata de hablar con seguridad sobre tu salud y tus preocupaciones; es tu cuerpo y, por tanto, tienes derecho a buscar el mejor apoyo para él. Puedes obtener más información sobre la importancia de la defensa del paciente aquí

Además de buscar orientación de tu profesional sanitario, también te animamos a explorar nuestros programas. Los programas de Sidekick incluyen muchos consejos para controlar el dolor, como la conciencia plena y las técnicas de modificación del comportamiento. 

Si bien experimentar dolor puede ser una realidad diaria para las personas que viven con afecciones crónicas, tienes el poder de recuperar el control de tu salud y vivir tu vida sin verte definido por tu dolor o afección.

Traducido del inglés al español.

Sobre el autor

Amelia Johansson

Redactor de contenidos de salud

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